
Cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada instante que pasa es vida, y con ella nos vamos formando.
Hay
instantes que son bueno y hay instantes que son malo. Cada instante bueno
es un momento de risa, de beso, de caricia, de abrazo, de salidas, de
palabras... y cada instante malo es un momento de bronca, de bajón, momentos
extremos (malos)...
Esos instantes son los que con el paso de los años
aprenderemos, y también a convivir con ellos hasta el punto de olvidarlos y no
darles más vueltas al asunto.
Disfrutemos del hoy, del presente, porque los años pasan, y con los años se va el tiempo, y con él, muchas cosas que jamás volverán, y, hasta nosotros.
Por eso, siempre digo que hay que disfrutar de todos los instantes
y de todas las cosas por muy insignificantes que sean, porque algún día
miraremos hacia detrás y nos daremos cuentas de que aquellos instantes y todas
aquellas pequeñas cosas, insignificantes, ahora son grandes cosas.
!El ayer es historia, el mañana es misterio y hoy es la realidad!